Fotografiar un templo budista para presentarlo a los Premios FAD 2024 ha sido, sin duda, el encargo especial de principios de año.
Especial porque no todos los días se fotografía un templo budista, ni se presenta un proyecto fotografiado a los FAD, ni trabajas rodeado de tanta paz y armonía -tanto espiritual como arquitectónica- como la vivida en el nuevo centro Kadampa de Barcelona.
Kailash Arquitectura ha creado este meandro de calma en la agitada vida barcelonesa.
Cada rincón de este templo refleja no sólo destreza arquitectónica, sino también una profunda comprensión del tipo de armonía necesaria en cada uno de los diferentes espacios.
Al entrar te recibe un espacioso vestíbulo que se fusiona con el mostrador de recepción y con una sala polivalente que hace las funciones de espacio de encuentro, cafetería y comedor. La ausencia de paredes que dividan estos tres espacios crea una sensación de amplitud y libertad al entrar al templo, incluso de desahogo.
Desde el vestíbulo parte un ancho pasillo que lleva a la sala de meditación y al patio interior, pasando por la zona de estudio. Este corredor, es la parte del diseño de Kailash Arquitectura que más metafórica me ha parecido.
Una serie de columnas contrapuestas a cada lado del pasillo dan la sensación de grandes troncos de árboles delimitando un camino que has de recorrer. Esta idea es reforzada por la madera de la librería que se extiende por toda la pared derecha, frente al mostrador de recepción. Otro detalle que refuerza la sensación de camino a través de un bosque es que las fuentes de luz en el pasillo son principalmente laterales y no cenitales. Esto da la sensación de un dosel arbóreo que tapa parte de la luz solar y que la que logra entrar es la que se filtra por entre las ramas y los troncos de alrededor.